Rosario, el generoso Paraná
Estando en Rosario, descansando un poco, trabajando otro tanto, ejerciendo con amor la mayoría de los roles que elijo, tuve la suerte de detenerme en lo que el Paraná me regalaba:
fue espejo,
bruma, confusión,
metáfora de ciclos,
tempestad en ciernes y
belleza imperiosa.
Recogí con la vista, con la palabra contenida y con el deseo de escribir y contarlo.
Ahora te lo muestro a ti, a vos, pero en esos días, pude contarle a ella, del río, de este agua que nos corre por las memorias.
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